Una mujer aparece muerta dentro de su coche en una cuneta. El primer vistazo en la morgue revela que no se trata de una mujer, si no de un hombre que recientemente se había sometido a una operación de cambio de sexo. El policía que kilómetros atrás la había parado en la carretera por exceso de velocidad pasa a ser el primer sospechoso, pero pronto será descartado y su testimonio abrirá la investigación. La chica, que dentro de no mucho contraería matrimonio, decía huir con prisa porque tenía unas cintas de vídeo que destaparían algún mal asunto.